viernes, 18 de septiembre de 2009

Si el pasado te persigue...

Hoy me encuentro descansando de mi enfermedad aderezada con algo de cuentitis,porque como decía Rimbaud "la moralidad es la debilidad del cerebro" y a veces apetece sentirse un poco parásito.
Me ha tocado escuchar la historia de mi nacimiento,esta vez de mano de mi madre,y es que yo me resistía a entrar en este mundo tan frío.Por aquel entonces mi tia cantaba en un grupo de soul versionando a Aretha Franklin y forrada de charol blanco.Mi tía se paseaba por el Rock-ola con la elegancia de un gato siamés,donde por cierto,nunca vió a Almodovar.Cuando yo llegué al mundo las únicas personas capaces de mitigar mis llantos eran Pachelbel y Mozart. Años después,tu hija,con un instinto menos creativo pero no por ello menos entusiasta,cultiva la música que me vió nacer..porque como decía el señor Amat: "si eso es todo lo que hay,amigos,sigamos bailando..."

3 comentarios:

Petit Bonbon* dijo...

¡Hola Paty!

Ante todo,que te mejores y te pongas bien pronto :) Aquí ya empieza a hacer bastante fresco por la noche.

Me ha gustado leer lo de tu madre,¿no tiene nada grabado?Sería más que interesante escucharlo.
Buen oído el que has ido "cultivando" desde que eras una tierna lactante.
Muy buena frase final de la mano del Sr. Amat,sí señorita.

Espero que te sirva la información de los blogs,en próximas ediciones más (es que hay cada joyita...).Soy feliz escuchando "esa" música,así que,¿por qué dejarlo,verdad?

Un besito muy,muy GRANDE;y gracias por tu comentario.

Porerror dijo...

Hola, Mujer Esponja! Ponte mejor si es que estás malita (me ha encantado lo de la cuentitis). Respecto a tu historia... que novelón! ¿No podrías adelantarnos algún capítulo más?

X dijo...

Así que de tal palo tal astilla eh?
Entre ye-yés y mods anda la cosa. Lo de tu madre todo un puntazo. Así que en tu casa no creo que tuvieras que escuchar eso de: ¿a dónde vas con esas pintas?, con una mamá tan mod-erna. Seguro que en más de una ocasión has realizado una excursión al camarote en busca de alguna minifalda de tu madre.

Pues nada maja, que te mejores. Y abrígate, nada de minis que el viento sopla del norte.